Folleto los Sacramentales
Nuestro día a día está rodeado por una multitud de actos, muchas veces sencillos, que santifican las más variadas circunstancias de la vida. Nos alcanzan abundantes beneficios espirituales, pero también algunos materiales; con este objetivo y para facilitar el bien de nuestras almas, la Iglesia pone a nuestra disposición unos signos sagrados muy especiales. ¿Cuántas veces no hemos hecho la señal de la cruz, usado el agua bendita, o recibido la bendición de algún ministro de Dios? Acciones aparentemente sencillas, tan habituales en el transcurso de la vida cotidiana de un católico, sin duda motivadas por la piedad o la convicción de ser medios para una unión más íntima con el Señor. Ahora bien, estos gestos forman parte de una realidad mucho más profunda y maravillosa: los Sacramentales. ¿En qué consisten? ¿Qué los caracteriza? ¿Cómo podemos beneficiarnos con ellos?
Los Sacramentales son signos sagrados que han sido instituidos por la Iglesia con el fin de santificar ciertos estados de vida, las más diversas circunstancias y el uso de cosas útiles al hombre¹. De hecho, los Sacramentales ofrecen a los fieles, que estén bien dispuestos, la posibilidad de santificar casi todos los acontecimientos de la vida, por medio de la gracia divina que nace de los méritos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo².
Para evitar confusiones entre los Sacramentos y los Sacramentales, podemos diferenciarlos claramente por su origen y por su número. Los Sacramentos fueron instituidos por Nuestro Señor Jesucristo y son solo siete. En cambio, los Sacramentales son instituidos por la Iglesia y son muchos, y Ella puede aumentar su número cuando lo estime conveniente para el bien de las almas. Teniendo esto presente, no existe un uso de las cosas materiales (de acuerdo a la recta moral) que no pueda ser dirigido a la santificación de los hombres y a la alabanza de Dios, pues, sin rastro alguno de superstición y con una fe profunda, sabemos que todos los méritos redentores de Cristo extienden su influencia sobre toda la creación y no solo sobre la humanidad